SUÁREZ ABOGADOS
SUÁREZ ABOGADOS
¿Qué es un abogado?
Si miramos su significado etimológico la palabra abogado proviene del latín “advŏcātus”, simétrico de “advŏcātum” y de “advŏcāre” o abogar. El prefijo “ad” tiene un significado de “proximidad”, “juntar”. Y el término “vŏcātus” significa “llamado de auxilio” , no debemos tener dudas, el término abogado significa pues " proximidad al llamado al auxilio.
PROXIMIDAD
Nuestra filosofía tiene su principal pilar en este mismo concepto, "proximidad al llamado al auxilio". Nuestra cercanía y proximidad con los clientes a través de la continua comunicación. Desde Sonia Suárez Abogados hablamos tu mismo lenguaje para que se entienda el derecho con el que defendemos tus intereses.
TRANSPARENCIA
Nuestro modus operandi conlleva el abanderamiento de la transparencia porque sólo esta figura genera la confianza necesaria entre abogado y cliente.
FORMACIÓN
Nuestra base es una formación continuada para ofrecer una calidad de servicios jurídicos de forma sólida y actualizada.
SOLUCIONES REALES
Destacamos por ofrecer un enfoque innovador en las estrategias utilizadas en la búsqueda de la solución legal más adecuada.
PREVENCIÓN
Nuestra finalidad es preventiva a través del asesoramiento legal.
COMPROMISO
Sea cual sea tu problema en este despacho encontrarás el apoyo humano y profesional adecuado. Nuestro compromiso es tu bienestar jurídico. Porque el conocimiento y la comprensión de los problemas del cliente son los mejores referentes de nuestro compromiso no sólo ético sino también moral acorde a tus necesidades.
Conocemos la intranquilidad que conlleva el momento en que decidís acudir a un abogado, es por esto que nuestro acercamiento tanto profesional como personal se traduce en una fluida comunicación, porque en ello está el éxito del buen hacer.
Siempre nos preocupa ofreceros una atención personalizada y un servicio jurídico integral de calidad junto con transparencia y empatía.
Nuestros conocimientos legales han de estar al servicio de los ciudadanos, porque más que una profesión es una forma de vida ya que los sinsabores que pueden haber en el ejercicio de la abogacía, creedme, son superados, en ocasiones, por el conocimiento de nuestro trabajo, por el amor a esta profesión que sólo puede resplandecer a través de la luz de la auto exigencia y autodisciplina, de una mejora continua y con la luz de la vocación.
